Somos una ciudad de mar. En Calella, el Mediterráneo nos regala un entorno privilegiado y nos conforma un espíritu alegre y abierto. Nos encanta pasear cerca de las olas y, llegado el verano, la vida se traslada a la playa. Los días largos, soleados y calurosos, invitan a disfrutarlos muy cerca del mar y aprovechar todas las posibilidades que la playa nos ofrece.
Los amantes de la tranquilidad y la calma encontrarán en la Playa de las Rocas el lugar ideal para pasar un día de relax perfecto. Un conjunto de calas y playas pequeñas, rodeadas de vegetación, que destacan por su belleza natural y sus aguas cristalinas. En pareja, solos o en familia, esta playa se convierte en un pequeño paraíso donde sumergirse, desconectar y disfrutar también de una buena comida a pie de arena.
Para los más activos, tanto en la Playa de Garbí como en la Playa Grande descubriréis muchas opciones para no estar quietos ni un minuto. Deportes náuticos, salidas en kayak, voley playa, actividades infantiles... ¡incluso tenéis un parque acuático de inflables! Y después de una mañana de sol y diversión en familia, nada mejor para recuperar fuerzas que dejarse caer por uno de los chiringuitos a pie de playa. Tanto para tomar el aperitivo como para disfrutar de una buena comida, los chiringuitos y los bares restaurantes de las playas de Calella os ofrecen una excelente oferta culinaria sin perder de vista al mar.
Si os apetece refugiaros del sol un rato, podéis adentraros por las calles de la ciudad. Las opciones gastronómicas se multiplican y hay para todos los gustos, desde locales de tapas, restaurantes de cocina tradicional, braserías, marisquerías hasta cocinas de todo el mundo.
Ya sabemos que el verano invita a alargar la jornada y con el atardecer, cuando los rayos empiezan a caer sobre el mar, los chiringuitos de Calella se iluminan y se llenan de música y buen ambiente. Podéis terminar vuestro día con una cena relajante o simplemente disfrutar de bebidas refrescantes bien servidas a la luz de la luna.