En el Paseo Manuel Puigvert siempre se puede encontrar algún corredor frente a la playa, bajo el cálido sol del mediodía invernal o aprovechando la frescura del crepúsculo de verano. La playa, con sus 3 kilómetros, es un reto para los nadadores y pocos han conseguido hacerla de punta a punta. En las afueras de la ciudad, en las carreteras que serpentean por las Torretes, el monte de Popa o el cerro de Guli es donde los ciclistas refuerzan las piernas pedaleando de arriba abajo. ¿Conclusión? Calella es una ciudad deportista.
Este espíritu activo y las completas instalaciones de la ciudad, junto con el entorno, el clima y la proximidad a Barcelona, nos han convertido en una de las paradas del circuito de Ironman internacional.
¿Podíamos imaginar que los calellenses algún día estaríamos conectados con Hawai? Pues lo estamos: el Ironman Barcelona-Calella puntúa como prueba para los mundiales que tienen lugar en la isla de Kona, en el archipiélago hawaiano. Este es, probablemente, el desafío físico más impactante nunca antes visto en nuestra ciudad. No te lo pierdas, ¡corre!