Hay una expresión que nos gusta mucho en Calella: las cosas bien hechas. Son unas palabras que nos hacen pensar en la autenticidad de los productos artesanales, las recetas tradicionales y los oficios heredados. Una frase que la gente mayor de Calella (y no tan mayor) transmite a los jóvenes con su ejemplo.
Como ciudad de costumbres muy arraigadas, nos gusta mirar al futuro sin olvidar el pasado, enlazando nuestra cultura con las innovaciones. Por eso la feria de Calella y el Alt Maresme se manteniene fiel a sus orígenes (1981), es una plataforma que nos acerca al futuro y al exterior. Junto a la singularidad y calidad de los productos autóctonos situamos las innovaciones. Con espíritu abierto invitamos a otros pueblos (nos han visitado de Olot, Burgos, Italia o Chile) a traernos su cultura. La feria es un espacio de intercambio con más de 130 expositores y 20.000 m2, uno de los grandes acontecimientos no solo de Calella, sino de todo el Maresme.
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