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En el siglo XVI, en Roma, un cartógrafo incluye por primera vez el nombre de Calella en un mapa de la Península. Pero nuestra historia empieza mucho antes (hemos encontrado restos romanos en Calella del siglo I aC). En el siglo XI teníamos dos capillas, en el año 1101 un testamento documenta el nombre Calella por escrito y para el 1328 ya celebrábamos mercado. El comercio de ultramar y la industria textil nos hicieron crecer en la edad moderna hasta llegar a los años sesenta del s.XX, cuando el turismo y la actividad comercial se convierten en nuestras principales actividades.
Conocida hoy en día como la Plaça de l'Ajuntament, este espacio ha sido un verdadero punto neurálgico de la villa. Lugar de encuentro, el mercado semanal se celebró en esta plaza desde el año 1328 hasta principios del siglo XX. El mercado se celebraba todos los miércoles, día dedicado al dios Mercurio (patrón de viajeros y comerciantes) y también tenía lugar allí la feria de la Ascensión -en los meses de abril y mayo, dependiendo de la fecha de la Pascua. En el año 1400 en núcleo urbano estaba formado por 40 familias. La plaza era el centro de la vida social del municipio ya que allí vivían las familias más importantes.
Fruto del crecimiento de la villa hacia el mar, sentido levante y de no disponer de la riera como barrera física, esta casa conserva hasta bien entrado el siglo XIX unas dimensiones y características morfológicas que no encontramos en ningún otro caso, como la liza y el molino, elementos diferenciales que la caracterizan. Los nombres de Monet, Ço y Galceran entre otros, recuerdan a las familias que a lo largo del tiempo habitaron esta casa y le dieron nombre, siendo el último propietario Albert Giol i Galceran (1858-1945), investigador y historiador local, que le da el nombre definitivo.
De estilo academicista, austero, las dos casas son completamente iguales, tanto en volumetría, como en composición de fachadas y en el interior, conformando una gran parte de la fachada de la plaza. De obra vista una y pintada la otra, las fachadas presentan un estucado que quiere imitar la piedra en planta baja, así como enmarcamientos de las ventanas con elementos de tipo historicista y una bonita balustrada rematada por figuras ornamentales en su parte superior.
Casa solariega del s.XIV. Según el registro de la propiedad, la casa conocida como Can Salvador ya existía en el año 1341, siendo ampliada posteriormente a través de la compra de terrenos adyacentes. Esta casa, una de las principales de la plaza del mercado, puede ser considerada como una de las primeras que formó parte de la Calella que hoy conocemos.
Los principales elementos arquitectónicos son su magnífico portal con arco gótico, las ventanas decoradas y los restos de un matacán defensivo en la esquina con la calle Bartrina, el punto que tenía mayor peligro, ya que daba al mar y quedaba más expuesto en caso de un ataque pirata. El tejado a cuatro aguas da una idea de la importancia de esta construcción ya que la mayoría de edificios tenían cubiertas a dos aguas, mucho más sencillas. El edificio, fue restaurado en los años 90 y actualmente alberga la biblioteca pública municipal.
El edificio original, construido fue el primer hotel de la ciudad pasando a ser posteriormente panadería y carnicería. Tras sucesivas modificaciones, fue completamente restaurado y convertido en ayuntamiento desde el siglo XIX hasta 1991. En 2008 fue nuevamente restaurado para convertirse en el centro cultural que conocemos actualmente. Elementos principales: La entrada semicircular y, ya en el interior, un portal de piedra (único elemento de la construcción original) que había sido la entrada a la carnicería. Este último elemento, cuya existencia fue completamente ignorada durante años, fue redescubierto al realizar las últimas reformas.
El edificio, de estilo barroco, ha sufrido muchas reformas pero aun se pueden apreciar algunos elementos de la construcción original como el esgrafiado de la fachada y la ventana de la planta baja.
La fortuna de la familia Basart, debida en un principio al comercio de telas, se vio incrementada más tarde a través de enlaces matrimoniales con los Plàcies, familia de la inquisición, adquiriendo así un ennoblecimiento tardío. En junio de 1783 se alojó aquí durante unos días el Barón de Maldà. Coincidiendo su estancia con la fiesta mayor, escribió una crónica describiendo los festejos que se celebraron. El documento, que describe las costumbres y la vida social de aquella época, se conserva aún en el museo de Calella.
Del edificio original, de planta rectangular, aún se conservan la puerta de arco de medio punto de la casa pequeña y la puerta principal y ventanales de estilo clásico, así como los soportes del matacán defensivo.
El edificio que ocupa actualmente el Museo Archivo, está constituido por una casa noble, de planta rectangular, perteneciente al párroco Bernat March que fue reconstruida con el gusto más clásico del s. XVII y otro edificio adyacente. Sus elementos más destacados son el portal con arco de medio punto del edificio más pequeño; la entrada y algunos ventanales de estilo clásico así como los soportes de un matacán, últimos vestigios de la torre defensiva que tenía la casa. Ya en el interior, se encuentra otro portal de arco de medio punto perteneciente a otro edificio de la misma calle. Durante un tiempo, también fue la casa de los maestros y la prisión municipal.
Los peligros del mar llevaron al pueblo a la devoción por Sant Elm (San Telmo), patrón de la gente del mar, razón por la cual le dedicaron la capilla a este santo. También tenía un altar dedicado a San Sebastián, protector contra la peste.
Fue capilla de Sant Elm hasta 1820 cuando al derrumbarse la primitiva capilla que había en la riera, trasladaron allí las imágenes de Sant Quirze y Santa Julita, patronos de la ciudad.
Casa señorial del siglo XVI de estilo gótico-renacentista, de la familia Coma de Capaspre. Actualmente toma el nombre de la familia Bartrina de Barcelona, que fueron notarios, abogados y políticos, que enlazaron durante el s. XIX con la familia Roca, depositaria de todos los derechos patrimoniales de los descendientes de los Coma de Capaspre.
La casa tiene como característica la torre de defensa con los restos del matacán que se eleva dos plantas por encima de la casa. Destaca la portalada abovedada de punto redondo, ventanales estilo gótico tardío y escudo parlante. La fachada y la torre son originales del siglo XVI
Casa solariega de la familia Batlle del s. XV. Entre sus elementos característicos: ventanales gótico-renacentistas, portal con arco de medio punto y matacán defensivo en la esquina con la calle del mar (Bartrina). La fachada principal cuenta con dos ventanas simétricas y relieves decorativos. En el segundo piso, hay unas pequeñas aberturas con arcos de medio punto..
Diseñada en 1747 y ampliada en el 1785, la iglesia cuenta con 49 metros de largo y el campanario se alcanza hasta los 42. De estilo neoclásico, preside una plaza donde siempre hay alguien sentado bajo la sombra de un olivo. El 1936 fue incendiada durante la guerra y perdió la decoración, adquiriendo la austeridad que actualmente la caracteriza. Silenciosa, su interior solemne hace un contraste de misterio con el bullicio de la calle.