Calella es un buen punto desde donde realizar excursiones.
Cerca tanto de Barcelona como de Girona es posible ir a conocer el frenesí de las capitales y visitar algunos monumentos o museos en una sola tarde. Al volver a Calella, una buena cena y un paseo junto al mar son el final perfecto.
Quien prefiere huir a la naturaleza tiene varias opciones. Los bosques del Montnegre son el entrono verde perfecto cuando los calellenses queremos dar un corto paseo. Para los más aventureros, al noreste se encuentra el Macizo del Montseny, uno de los espacios naturales más impresionantes de Cataluña.
Calella tiene unos vecinos que bien merecen una visita. En Blanes vivió el escritor Roberto Bolaño y la Fundación Palau de Caldes d'Estrac es un referente sobre la vida y obra de Pablo Picasso en el mundo. Para hacer un poco de ejercicio hacemos una buena caminata, siguiendo la costa hasta San Pol de Mar, en el sur y Pineda al norte.
Calella es el lugar perfecto para instalarse.